AgrochileCambio Climático y el Agua en Chile
“La agricultura se está muriendo”: productores de Coquimbo advierten que se quedarán sin agua
De no mejorar la situación, prevén “fecha de muerte programada” a partir de abril en algunas zonas. Limarí es una de las más afectadas, ya que cuenta solo con el 6% de su capacidad de líquido embalsado.
La Región de Coquimbo es una de las zonas más afectadas con la prolongada sequía que afecta al país. De acuerdo con el último boletín climático emitido por el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza), la situación hídrica plantea serios desafíos para la agricultura y otros sectores productivos, pero también para la población en general.
“Tal como la mayor parte de los años de megasequía, 2023 termina con déficit. Lo anterior, sumado a los actuales niveles de caudal, sugiere que el sistema hidrológico continuaría mostrando un comportamiento bajo lo normal en las tres provincias de la región, situación que persistirá al menos hasta la primavera de 2024”, señala el informe.
Los expertos plantean que, a pesar de que 2023 contó con la presencia del fenómeno de El Niño, no se registraron precipitaciones tan abundantes. La Sociedad Agrícola del Norte (SAN), afirma que en 2024 la situación podría ser aún más crítica para la agricultura, considerando que ya existen plazos en los cuales se prevé que podrían dejar de contar con agua, lo que pone en peligro la producción.
“Estamos viviendo la peor situación histórica de la agricultura desde que se fundó la SAN (1907). Nunca habíamos tenido una condición tan dramática, prácticamente la agricultura se está muriendo, y eso es por dos motivos: las consecuencias del cambio climático que nos dejan con falta de agua, lo que ha hecho que tengamos poca fruta y débil; y eso afecta la venta en los mercados internacionales”, dice María Inés Figari, presidenta de la entidad.
La región tiene el 3,4% de la superficie nacional dedicada al sector silvoagropecuario y destaca por el cultivo de la uva de mesa, las mandarinas y las clementinas. Otros frutales relevantes son paltos, olivos, nogales, limoneros y almendros. En tanto, la extensión destinada a la producción de hortalizas y cultivos anuales bordea las 37 mil hectáreas.
“Generamos trabajo, entregamos alimentos para Chile, para el mundo y hoy no se nos ha escuchado. En la zona de Ovalle el agua dura hasta abril y en la de Elqui, hasta julio, es decir, tenemos la fecha de muerte programada de antemano y también nos han informado que en marzo o abril se retira El Niño y entra La Niña, que trae como consecuencia grandes sequías y altas temperaturas”, afirma Figari.
Washington Altamirano, presidente de la Cámara de Comercio de Ovalle, advierte que “la agricultura ya tocó piso, no da para más. Cuando alguien está enfermo y muy mal, hay que cuidarlo, darle oxígeno, sangre y alimentos; lo mismo ocurre en este caso”.
Limarí, en
estado crítico
Una de las provincias más afectadas es la de Limarí, que ya presenta solo un 6% de su capacidad de agua embalsada.
“Se está quedando sin agua y no tenemos ninguna solución en el corto plazo. Una sería la planta desaladora. No es la solución definitiva, pero nos ayudaría”, asegura Cristián Carrión, presidente de la Asociación de Canalistas del Canal Camarico.
La gobernadora, Krist Naranjo (Ind.), comparte ese diagnóstico y apunta a que “la crisis hídrica se está agudizando en nuestra región, principalmente en sectores del Limarí, donde creemos que podría ser crítica a partir de febrero”.
En medio de este complejo escenario, el 19 de diciembre, la Contraloría tomó razón de la solicitud emitida por el Ministerio del Interior y extendió por un año la vigencia del decreto de zona de catástrofe.
“A partir de este instrumento vamos a trabajar una serie de acciones y lineamientos para abordar la emergencia hídrica que estamos viviendo, que es muy compleja, y vamos a seguir abordándola con la misma energía para salir adelante”, indica el delegado presidencial, Galo Luna (PC).
El representante del Ejecutivo admite que “la situación que está ocurriendo en el agro, y específicamente en Limarí, es una de las crisis más grandes que hemos tenido en los últimos 20 años”.
Este viernes 5 de enero, la Comisión de Agricultura del Senado sesionará en Ovalle, provincia de Limarí. En dicha reunión se espera que se pueda definir un plan hídrico para la Región de Coquimbo que resuelva acciones y plazos claros para iniciativas como la construcción de una planta desaladora para la zona.
“Tal como la mayor parte de los años de megasequía, 2023 termina con déficit. Lo anterior, sumado a los actuales niveles de caudal, sugiere que el sistema hidrológico continuaría mostrando un comportamiento bajo lo normal en las tres provincias de la región, situación que persistirá al menos hasta la primavera de 2024”, señala el informe.
Los expertos plantean que, a pesar de que 2023 contó con la presencia del fenómeno de El Niño, no se registraron precipitaciones tan abundantes. La Sociedad Agrícola del Norte (SAN), afirma que en 2024 la situación podría ser aún más crítica para la agricultura, considerando que ya existen plazos en los cuales se prevé que podrían dejar de contar con agua, lo que pone en peligro la producción.
“Estamos viviendo la peor situación histórica de la agricultura desde que se fundó la SAN (1907). Nunca habíamos tenido una condición tan dramática, prácticamente la agricultura se está muriendo, y eso es por dos motivos: las consecuencias del cambio climático que nos dejan con falta de agua, lo que ha hecho que tengamos poca fruta y débil; y eso afecta la venta en los mercados internacionales”, dice María Inés Figari, presidenta de la entidad.
La región tiene el 3,4% de la superficie nacional dedicada al sector silvoagropecuario y destaca por el cultivo de la uva de mesa, las mandarinas y las clementinas. Otros frutales relevantes son paltos, olivos, nogales, limoneros y almendros. En tanto, la extensión destinada a la producción de hortalizas y cultivos anuales bordea las 37 mil hectáreas.
“Generamos trabajo, entregamos alimentos para Chile, para el mundo y hoy no se nos ha escuchado. En la zona de Ovalle el agua dura hasta abril y en la de Elqui, hasta julio, es decir, tenemos la fecha de muerte programada de antemano y también nos han informado que en marzo o abril se retira El Niño y entra La Niña, que trae como consecuencia grandes sequías y altas temperaturas”, afirma Figari.
Washington Altamirano, presidente de la Cámara de Comercio de Ovalle, advierte que “la agricultura ya tocó piso, no da para más. Cuando alguien está enfermo y muy mal, hay que cuidarlo, darle oxígeno, sangre y alimentos; lo mismo ocurre en este caso”.
Limarí, en
estado crítico
Una de las provincias más afectadas es la de Limarí, que ya presenta solo un 6% de su capacidad de agua embalsada.
“Se está quedando sin agua y no tenemos ninguna solución en el corto plazo. Una sería la planta desaladora. No es la solución definitiva, pero nos ayudaría”, asegura Cristián Carrión, presidente de la Asociación de Canalistas del Canal Camarico.
La gobernadora, Krist Naranjo (Ind.), comparte ese diagnóstico y apunta a que “la crisis hídrica se está agudizando en nuestra región, principalmente en sectores del Limarí, donde creemos que podría ser crítica a partir de febrero”.
En medio de este complejo escenario, el 19 de diciembre, la Contraloría tomó razón de la solicitud emitida por el Ministerio del Interior y extendió por un año la vigencia del decreto de zona de catástrofe.
“A partir de este instrumento vamos a trabajar una serie de acciones y lineamientos para abordar la emergencia hídrica que estamos viviendo, que es muy compleja, y vamos a seguir abordándola con la misma energía para salir adelante”, indica el delegado presidencial, Galo Luna (PC).
El representante del Ejecutivo admite que “la situación que está ocurriendo en el agro, y específicamente en Limarí, es una de las crisis más grandes que hemos tenido en los últimos 20 años”.
Este viernes 5 de enero, la Comisión de Agricultura del Senado sesionará en Ovalle, provincia de Limarí. En dicha reunión se espera que se pueda definir un plan hídrico para la Región de Coquimbo que resuelva acciones y plazos claros para iniciativas como la construcción de una planta desaladora para la zona.