Lo que nos ha enseñado Venezuela, es que de una dictadura de izquierda NO se sale. En América Latina de las de derechas puedes salir, pero nunca de una de izquierda usando los márgenes de las propias constituciones.

Ahí está Cuba y sus dramáticos 65 años de revolución de «patria y muerte», el intento de salir de la dictadura con los artículos de la propia constitución castrista, el Proyecto Varela de Osvaldo Payá, propuesta que se levantó sobre resquicios que ofrecía la Constitución cubana para lograr espacios de libertad, entregó a la Asamblea Nacional de ese país las 11.020 firmas de necesarias, de cubanos valientes, para solicitar un referéndum que reconociera libertades individuales, como el derecho a asociarse libremente respetando el pluralismo y diversidad de ideas; los derechos a libertad de expresión y de prensa; amnistía para los presos políticos, cambiar la Ley Electoral y la realización de comicios generales libres. Un año después –en octubre de 2003–, pese a la persecución política que se desató con la primera iniciativa, el movimiento entregó otras 14.000 firmas al parlamento en respaldo del proyecto.

Por cierto, los comunistas cambiaron esos artículos de su constitución, y Osvaldo Paya murió en «extrañas circunstancias». Hoy día solo queda el grito de «patria y vida», por el que los disidentes son encarcelados y marchan al exilio, mientras el pueblo vive rehén del régimen.

Hoy Venezuela da testimonio en directo que la izquierda, esa furibunda y furiosa cuando se hace del poder, no lo entrega jamás por la vía democrática, hemos visto como se robaron las elecciones y se apernaron al poder. Ahora van por sus opositores, los encarcelan, torturan y exilian, ya irán por Marina Corina Machado, el último bastión de la resistencia a la dictadura, mujer valiente que resiste bajo su lema «Serenidad, coraje, firmeza». Ella encabeza una epopeya ciudadana por recuperar la libertad y el ejercicio democrático. Vergüenza ajena los

apoyos a la ignominia del régimen

Tenemos presente la larga lista de cínicos que pedían libertad para Chile y se hacen los lesos, los tontos, los lerdos ante Venezuela, Nicaragua y que decir de Cuba. Ante los hechos de Venezuela su posición es «sin vergüenza», infinitamente descarada, sencillamente infame

Tengámoslo presente, porque el octubrismo no está muerto en Chile. Esta vivo y latente, lleno de consignas y un montón de humo, y ya volverán a la carga con sus bombas molotov, quemas y su infinita victimización.

Tenemos que velar por el perpetuo imperio de las libertades y el bienestar del pueblo. Saciar el hambre, hacer justica, ser severos y no tolerar abusos de poder, de confianza, ni subidas por el chorro. Solo así preservaremos a nuestra nación de la posibilidad que llegue un grupo de iluminados intolerantes a hacerse del poder en nuestro país y condenarnos a la miseria y la dictadura, como trágicamente lo han hecho en Cuba, Nicaragua y Venezuela.

En fin, se tenía que decir y se dijo

Saludos a todos en este septiembre,