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El camino cuesta arriba para aprobar “el corazón” del pacto fiscal

El proyecto de impuesto a la renta sigue sin plazo para su ingreso a la Cámara de Diputados. En el gobierno y en parte del oficialismo ya ven que es poco probable que se logre aprobar en su idea original, con alza de impuestos a las personas. Diputados de la DC y el PS ya lo dan por descontado. Y tampoco está dentro de los 21 proyectos de la agenda económica priorizada el viernes entre el gobierno y el Congreso.

En pausa. Congelado. Estancado. Esas son los conceptos que entregan los distintos actores políticos a la hora de definir cómo está hoy el proyecto de impuesto a la renta, el llamado “corazón” del pacto fiscal, puesto que en esta iniciativa está el hacer más progresivo el sistema tributario. En otras palabras, que los que tienen más, paguen más.

En lo medular, este proyecto buscar subir el impuesto a las personas con ingresos desde $4,5 millones, avanzar en el sistema dual con tasas diferenciadas para el retiro de las rentas provenientes del capital, bajar el impuesto que pagan las empresas del 27% al 25% y eliminar o reducir algunas exenciones. Con eso se pretende recaudar un 0,6% del PIB, la mitad de lo que se pretendía recaudar con la reforma rechazada en marzo con alza de impuestos. En ese proyecto la estimación era del 1,2%.

Pese ese giro que dio el gobierno, el avance de esa propuesta se ve nublada, y con baja probabilidad de que se despeje en un horizonte próximo. Pero no sólo por la postura que ha mostrado la oposición y su manifiesto rechazo a subir cualquier tipo de tributos, sino que esta vez el sinceramiento llegó de parte de algunos parlamentarios que están por apoyar al gobierno en esta materia, pero que ven que la realidad de la correlación de fuerzas que hay en el Congreso impedirá que este proyecto avance.

“El alza de tributos no tiene viabilidad política en el Senado, y en la Cámara de Diputados es difícil lograr la mayoría. Para aprobarla se requiere que sectores independientes o de Demócratas estuviesen cuadrados con el proyecto y eso no está pasando”, afirma el diputado y vicepresidente de la Cámara, Eric Aedo (DC). Dado este cerrado escenario político que se anticipa, Aedo le entrega una recomendación a Hacienda: “Si fuera gobierno, me la jugaría con fuerza por sacar adelante el proyecto de elusión y evasión, sumado a todos los temas de permisología, que permitan acelerar la inversión, porque para eso hay espacio, pero no para subir impuestos”.

Eric Aedo, diputado DC y vicepresidente de la Cámara.

Al interior del gobierno se mantiene el mensaje de que este proyecto ingresará una vez que avance la iniciativa de cumplimiento tributario, con las medidas para reducir la evasión, la elusión y la informalidad. Esa propuesta está recién iniciando su segundo trámite en la Comisión de Hacienda del Senado. Por ello, no hay una fecha clara ni precisa.

El análisis que se hace en el Ejecutivo es que el hecho de aprobar la propuesta de evasión y elusión ya le permite asegurar ingresos permanentes en régimen por 1,5% del PIB, unos US$4.500 millones. Con eso lograría asegurar el financiamiento para la Pensión Garantizada Universal (PGU) a $ 250 mil, para lo que se necesita un 1,2% del PIB. El resto, un 0,3% del PIB, sería para medidas de seguridad ciudadana.

Un conocedor de la interna del gobierno sostiene que dentro de la estrategia de Hacienda está el asegurar al menos estos US$ 4.500 millones, considerando los reiterados llamados que ha hecho el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) de que no hay recursos para nuevas políticas públicas permanentes. Y por lo mismo, ingresar el otro proyecto, el de impuesto a la renta, podría entorpecer ese plan.

El 11 de abril fue la primera vez que el ministro Mario Marcel abrió la puerta a la postergación del ingreso de este proyecto: “Vamos a esperar que avance la discusión de este proyecto de cumplimiento tributario en el Senado para no confundir los dos temas. Hemos visto que muchas veces en la discusión pública se tiende a confundir lo que es reforma de impuesto a la renta con cumplimiento tributario”, dijo el ministro. Y añadió que “queremos que se entienda el valor en sí mismo de esta propuesta antes de iniciar una discusión de impuesto a la renta”. Desde ese entonces ya ha pasado un mes y no hay señales de un pronto ingreso, sino que, todo lo contrario. La segunda vez que lo mencionó fue en Enade 2024, al ser consultado por la prensa.

El propio presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, instancia donde debe comenzar esta discusión por ser materia de impuestos, Carlos Bianchi, refrenda que ese proyecto no está aún en la agenda: “No se ha conversado absolutamente nada con respecto a aquello. Son otras las prioridades que me ha planteado el ministro”, dice.

Actualmente, esa comisión está analizando el proyecto que crea la agencia para la calidad de las políticas públicas y la productividad, el de reactivación del turismo y otro relacionado con el de fortalecimiento institucionalidad municipal en materia de seguridad pública y prevención del delito. También está en carpeta el de rentas regionales. Por ello, recién a mediados de junio podría abrirse un espacio para analizarlo en caso que el gobierno lo ingrese.

El hecho de que este proyecto de impuesto a la renta no haya sido incluido en la agenda de 21 iniciativas incorporados en la agenda legislativa priorizada que se acordó el viernes en una reunión entre el gobierno y las mesas directivas de ambas cámaras reafirma aún más la realidad política adversa para que avance esta iniciativa. “El Presidente Boric no incorporó el impuesto a renta en este fast track de 21 proyectos que tiene como objetivo tenerlos aprobados en septiembre, antes que comience la discusión del Presupuesto 2025″, remarca Aedo.

Mientras que la presidenta de la Cámara de Diputados, Karol Cariola (PC), apunta que “el Presidente nos dijo que ese proyecto seguirá su curso, que es algo que de todas maneras va a ingresar, pero que entienden que requiere de más diálogo previo”.

Karol Cariola, presidenta de la Cámara de Diputados.

El presidente del Senado, José García Ruminot (RN), quien también estuvo en esa reunión, sumó argumentos: “El llamado fast track no incluye el proyecto sobre impuesto a la renta, por lo mismo, desconocemos los términos definitivos que tendrá. Se analizará en su mérito, una vez que ingrese a trámite legislativo”.

Para el senador, “hoy los ánimos no están para subir impuestos. Hay que analizar otras alternativas, entre ellas, revisar el aporte de Codelco y de varias empresas públicas al erario nacional. Revisar también las oportunidades de ingresos por litio que, a juicio de muchos especialistas, Chile está dejando pasar”.

José García Ruminot, presidente del Senado.

Pese a que no estuvo en este listado de iniciativas, desde el gobierno han transmitido que una alternativa sobre la mesa es que el Presidente Boric lo mencione en su cuenta pública del 1 de junio, señalando la necesidad de generar más recursos permanentes, y con el antecedente de que ya hay proyectos concretos pro crecimiento, algo que permanentemente le reprocha el sector privado y la oposición para recuperar la capacidad de crecimiento. Con ese antecedente, Boric haría un nuevo llamado para lograr acuerdos en torno a esta propuesta.

Alza de impuestos vs. baja de impuestos

Pese a que en el gobierno y en especial Hacienda ha enfatizado que este proyecto es muy distinto al que se rechazó en marzo de 2023, puesto que dentro de su confección se incluye una baja de la tasa impositiva de las empresas desde el 27% al 25%, la postura de la oposición se ha mantenido igual: no están por subir impuestos y cualquiera que sea, han dicho que no, ya que, a su juicio, el tema hoy es el crecimiento y la inversión. “Hay que entender cuáles son las prioridades, y para mí, lejos la primera es volver a crecer”, afirma el senador Juan Antonio Coloma (UDI), quien añade que “el proyecto no es neutro, el neto es hacia arriba, habrá más alzas que bajas y eso se refleja en la estimación de recaudación que tiene ese proyecto del 0,6% del PIB”.

Juan Antonio Coloma, senador UDI.

El diputado Miguel Mellado (RN) valora el hecho de que se haya puesto en el “congelador”, ya que “no hay agua en la piscina para aumentar los impuestos”. Para Mellado, al igual que Coloma, la discusión tiene que estar puesta en “cómo generar crecimiento y empleo. Ese debe ser el foco del gobierno para estos dos años que le quedan”.

Sofía Cid, diputada de la bancada RN, plantea que “no hay espacio para conversar en torno a un alza de impuestos, porque no es momento de cobrarles más a las personas, sino todo lo contrario, es momento de buscar de qué forma podemos reactivar la economía. Para eso estamos totalmente disponibles”.

Sofía Cid, diputada RN

En el oficialismo y la DC hay distintas posturas. Algunos ya lo dan por desechado y otros piden que se acelere su ingreso, pero en ningún caso están por apoyar una baja de tributos si es que no hay alza de impuestos a los sectores de mayores ingresos.

En el primero grupo el diputado Ricardo Cifuentes (DC) se suma a la visión entregada por Aedo: “Veo que no hay margen para que avance ese proyecto. Soy pesimista. En julio ya se inicia la discusión presupuestaria tanto de la ejecución del actual proyecto como del próximo presupuesto”. Cifuentes anticipa que la discusión en la Cámara será difícil: “Hoy la posición de Amarillos y Demócratas es más cercana a la derecha y pueden lograr una mayoría que pueda rechazar nuevamente un proyecto como ese, y particularmente en el Senado, donde no veo ninguna posibilidad de avanzar”.

Gael Yeomans, diputada de Convergencia Social.

En el segundo grupo se ubica la diputada de Convergencia Social, Gael Yeomans, quien afirma que “es importante que este proyecto se presente y se apruebe, porque debe financiar las necesidades de cuidados y salud”, dice, y añade que “no estamos disponibles a aprobar la reducción en el impuesto de primera categoría si no se aprueba la desintegración del sistema, la ruta del emprendimiento, los impuestos a dividendos y renta del capital y el incremento de las tasas a rentas personales sobre 70 UTA”.

Boris Barrera, diputado PC, también insta a Hacienda a “ingresar pronto” el proyecto, puesto que “se necesitan mayores recursos”. En esa misma línea, Karol Cariola lo apoya: “Espero que pueda avanzar, ya que es evidente que el país requiere urgente mayor recaudación fiscal. Para poder financiar un aumento en las pensiones a través de la PGU, o para financiar más salas cuna, como ejemplo entre muchas otras cosas. Y lo lógico es que ese aporte para el desarrollo del país debería venir de quienes más recursos tienen”.

Desde Revolución Democrática (RD), el diputado Jaime Sáez, consultado sobre la viabilidad política de mantener el alza de impuestos a las personas, comentó que “nada está escrito en piedra, dada la correlación de fuerzas, debe haber siempre apertura a una negociación”. Y Jaime Naranjo, del PS, ya evidencia sus disminuidas expectativas: “Cada día que pasa hace más difícil que el Ejecutivo envíe el proyecto. El tiempo corre en un sentido contrario a la tramitación del proyecto”. Para Naranjo, “si no hay acuerdo con la derecha en materia de impuestos, veo difícil que podamos avanzar. El voluntarismo tributario solo pasa a ser un gesto testimonial”.

El factor electoral

Este año, como el próximo, son electorales y ese factor también comenzará a jugar en los próximos meses. En junio ya hay primarias municipales y los bloques o pactos empiezan a consolidar sus alianzas futuras, lo que hará más difícil la búsqueda de votos extras para una reforma estructural como esta. Así lo grafica Eric Aedo: “La construcción de pactos electorales comienza ahora. Si Demócratas y Amarillos se unen con Chile Vamos es difícil que ellos aprueben alza de tributos”.

El diputado Cifuentes también ve que al entrar en época de campañas “habrá poco espacio para que se avance en este tipo de reformas”. A ello le suma que “el gobierno está debilitado y la imagen del Presidente se debilita cada vez más y un gobierno debilitado pierde peso e influencia en el Congreso”.

De hecho, la última encuesta Cadem le dio una aprobación a la imagen del Presidente Boric de un 24%, su nivel más bajo desde que inició su periodo de gobierno, mientras que su desaprobación llegó al 70%.

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Fuente
latercera.com

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